Única. Furia. (Puede atacar el turno que entra bajo tu control). Cuando salga del juego, sube a la Mano de su dueño un Aliado oponente. Mientras esta carta esté en tu Cementerio, reduce en 2 el daño de cartas oponentes al Castillo.
El zen es y no puede ser, palomas y cuervos lo saben